Durante años nos han vendido que la educación del perro pasa por un programa de adiestramiento u obediencia base. Párate a pensar en las definiciones…. ¡No es lo mismo!
Un perro educado
Educar es facilitar el aprendizaje de nuevas capacidades mentales, cognitivas y afectivas para adaptarse al entorno y a las normas sociales.
Un perro educado es aquel capaz de convivir en armonía con su grupo social y el entorno que le rodea aprendiendo las normas sociales.
Un perro con confianza y seguridad en sí mismo para afrontar los desafíos del entorno urbano en el día a día. Sabe leer cuando otro perro u persona le invita a acercarse o respeta los espacios del resto de individuo solo se puede aprender de forma experiencial.
Un perro obediente – curso de obediencia básica
Un perro obediente es aquel que obedece, sin cuestionar si es bueno para él en ese momento. Implica que el perro está más predispuesto a escucharte y a ejecutar tus peticiones.
Tener el control sobre el perro suena bonito y es en ocasiones necesario. Somos responsables de los actos de nuestros perros y de su bienestar. Debemos poner límites y controlar las situaciones en esas direcciones.
El problema aparece ante el exceso de control. Individuos con baja autoestima en entorno urbanos estresantes, con miedos y dependientes de su humano. El control excesivo puede convertirse en estrés para tu perro.
¿Eliges un perro educado y obediente?
Son términos diferentes pero no tienen por qué ser opuestos.
Un perro puede saber comportarse en una situación concreta porque está habituado y a la vez querer seguirte porque le aportas seguridad y sabe que tomas buenas decisiones.
Ese mismo perro en otro contexto puede que se sienta sobrepasado por los estímulos y salga corriendo. Ni obediente ni educado ante esta situación.
Si realmente quieres convivir con un perro con herramientas para el día a día te invito a seguir leyendo: Cómo educar a un perro desde el respeto.