Te invito a reflexionar sobre el enfoque educativo que quieres adoptar para tu perro a lo largo de su vida. Ten en cuenta que al escuchar estas ideas, es posible que también cambie tu percepción del mundo y, por ende, el futuro de tu familia, incluida la canina.
Cuando se trata de educar a tu perro, hay diferentes extremos a considerar. Por un lado, puedes buscar un perro extremadamente obediente, que te siga cada indicación sin cuestionarte. Por otro lado, puedes optar por una libertad total para el perro, donde no necesitas darle instrucciones. La elección es tuya y totalmente personal. Nadie tiene el derecho de juzgarte. Sin embargo, me gustaría compartir mi conocimiento y experiencia para que puedas tomar decisiones más conscientes.
Mi recomendación es evitar los extremos, especialmente cuando se trata de un perro que forma parte de una familia. Desconfía de los consejos de desconocidos en el parque que aseguran saber qué es lo mejor para tu perro sin conocerte ni a ti, ni a tu perro. Lo que funcione para el perro de tu vecino o para un perro adiestrado según un libro no necesariamente será adecuado, ni lo mejor para tu compañero.
En la naturaleza y en una crianza respetuosa, no existen normas o protocolos que sirvan para todos los individuos de una misma especie. Cada perro es único y especial, y hay infinitas opciones para acompañarlo en su desarrollo. Si quieres educar correctamente a tu perro desde el principio, siempre será recomendable formarte antes de su llegada o buscar ayuda profesional para acompañarlos en este proceso.
Dicho esto, te comparto mi visión de una crianza respetuosa, basandome en dos ideas fundamentales para lograr una convivencia armoniosa entre humano y perro:
- Acompañar al perro: Esto implica entender su desarrollo y necesidades individuales antes de adiestrar sus comportamientos. Puedes entrenar habilidades y jugar con él, siempre y cuando esto beneficie la relación y el bienestar de ambos.
- Establecer límites y normas humanas: Aunque el perro no puede hacer todo lo que quiera o necesite, es importante entender que tenemos normas sociales y límites dentro de nuestro entorno diario. Como adultos responsables, tenemos que ayudar a nuestro perro a adaptarse a estas normas y a su entorno cotidiano.
Estas bases de crianza son válidas a lo largo de toda la vida del perro. Acompañar no significa permitir que haga lo que quiera sin restricciones, sino entender quién es como individuo y construir un futuro perfecto juntos.
Personalmente, me he alejado del enfoque de obediencia en los últimos años, al darme cuenta de dos conceptos fundamentales: primero, que la obediencia no se entrena, es inherente a la naturaleza del perro; y segundo, que el respeto se otorga y nunca se impone. Llegué a la conclusión de que una educación respetuosa es la mejor opción para nuestros perros, lo que ha sido una experiencia gratificante de aprendizaje y emociones para ambas partes en el camino que he elegido recorrer.
