Descubriendo las causas del comportamiento actual de tu perro: Conéctate en un nivel más profundo

Si tienes un fiel compañero peludo en casa, seguramente has notado que los perros sienten y tienen emociones, al igual que los humanos. Entender las causas detrás de los comportamientos de tu compañero es la única manera de guiar su aprendizaje y poder ayudarles con sus dificultades.

Pero, ¿Cuáles son las causas detrás de cualquier comportamiento de nuestros perros (comportamientos deseados o indeseados)?

1. La genética:

La raza o tipología de perro determina no solo el físico, sino también sus necesidades y conductas.  A lo largo de la historia, los humanos hemos intervenido en la selección de razas con comportamientos específicos para trabajos concretos, como la guarda, el pastoreo o la caza.

A día de hoy los perros de familia ya no realizan esos trabajos pero su genética sigue predispuesta a ciertos comportamientos que debemos conocer. No quiere decir que un perro pastor tenga que pastorear para sentirse bien. Debes saber que esta tipología de perro se seleccionó para pastorear porque son sensibles al movimiento, tienen predisposición a controlar su entorno y colaborar con el humano. 

Otra información impresa en los genes de nuestros perros está relacionada al estilo de vida de sus antepasados directos (padres, abuelos, bisabuelos caninos…). Desde hace pocos años conocemos la influencia de la epigenética. Sabemos que algunos genes se expresan en función de las experiencias vividas y esa información se transmite a los descendientes para ayudar en la adaptación de la especie. 

Por ejemplo, si la madre de tu perro vivió el mundo de manera muy hostil, con miedos hay más probabilidades de transmitir ese miedo a su descendencia. El perro en cuestión desarrolla un miedo heredado, sin necesidad de vivir ninguna experiencia traumática en su vida.  

Pero, si bien la genética es importante, cada perro es único y su comportamiento también está influenciado por su entorno y experiencias individuales. Tener en cuenta la genética nos permite adaptar nuestras estrategias de entrenamiento y fortalecer nuestra conexión con ellos.

2. Experiencias pasadas y presentes:

Al igual que los humanos, los perros pueden llevar con ellos recuerdos de experiencias pasadas que determinan su percepción del mundo en el presente. Si tu compañero ha tenido experiencias traumáticas, como el abandono, el maltrato o una mala socialización, es probable que sienta miedo, ansiedad o desconfianza en algunos contextos o situaciones. Es importante entender que estos sentimientos puedan seguir incluso después de ser adoptado. Darles un entorno seguro, paciencia y cuidado ayudará a sanar sus heridas emocionales.

Además de considerar las experiencias pasadas, también es importante evaluar el presente. ¿Su entorno es seguro, estimulante y adecuado para satisfacer sus necesidades? ¿Tiene interacciones sociales positivas con otros perros y personas? Estas son preguntas importantes a tener en cuenta para asegurarte de que tu perro esté viviendo en un entorno compatible con sus necesidades emocionales y sociales.

3. Salud física y emocional:

Los problemas de salud, el dolor crónico, las enfermedades o los desequilibrios hormonales pueden afectar negativamente en el estado emocional de tu compañero. Por ejemplo, un perro con dolor articular puede volverse irritable o deprimido. Es esencial mantener a tu perro en buena salud mediante visitas regulares al veterinario, una alimentación adecuada y ejercicio físico apropiado. Antes de abordar cualquier problema comportamental es necesario conocer el estado clínico del perro. El estado de salud, y su bienestar emocional van de la mano.

4. Entorno y estimulación:

Un entorno estresante, ruidoso o caótico puede generar ansiedad en muchos compañeros caninos. Por otro lado, un entorno más cercano a su etología, en contacto con la naturaleza, lejos del estrés urbanita fomentará estados de relajación en la mayoría. Cada perro es único, encontrar el equilibrio para su bienestar emocional requiere estudio individualizado. Algunos se adaptan a ambientes ruidosos, otros se estresan. Los juegos mentales benefician a algunos, no a todos. Considerar las necesidades específicas de cada perro es clave. Observar señales, buscar asesoramiento en comportamiento canino, es esencial. Encontrar equilibrio entre estímulo y calma promueve bienestar emocional y fortalece lazos. Proporcionar un ambiente enriquecedor les mantendrá felices y equilibrados.

5. La conexión con su familia:

Los perros son animales extremadamente sociales y tienen una fuerte necesidad de pertenecer a un grupo o familia. El bienestar de tu compañero canino está estrechamente ligado a cómo se siente dentro de la familia. Es esencial que el perro se perciba como parte del grupo y sepa que tiene un rol y función significativos en su entorno. 

La clave no radica en pasar todo el día junto a nuestro perro, sino en establecer una relación basada en la confianza y el respeto mutuo. Cada perro es único y puede requerir diferentes niveles de atención y tiempo, dependiendo de su personalidad, motivaciones y etapa de vida. Es importante recordar que ningún perro sano emocionalmente desea estar aislado todo el día. La conexión y dinámica entre cada familia y su perro son únicas, y es esencial dedicar tiempo y esfuerzo para construir una relación positiva y enriquecedora para ambas partes.

6. Tener amigos de su especie:

Permitir que tu perro desarrolle relaciones estables con otros perros es esencial para una sociabilidad saludable. En lugar de enfocarnos en tener muchos encuentros casuales, es mejor fomentar la creación de amistades sólidas y significativas con perros compatibles. Tener un grupo de amigos estables permitirá a tu perro disfrutar de experiencias enriquecedoras y compartir momentos gratificantes. Así que, en lugar de buscar muchos encuentros casuales, dedica tiempo a cultivar relaciones significativas y duraderas para que tu perro pueda disfrutar plenamente de su vida social.

Nuestros queridos compañeros de aventuras merecen toda nuestra atención y cuidado, incluyendo su bienestar emocional. Al comprender las causas que provocan sus sentimientos, tenemos la oportunidad de construir una relación más profunda y significativa con ellos. Aun así recuerda que cada perro es único y ante una misma experiencia cada perro lo vive y siente de forma diferente.

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